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Bioetanol y el precio del pan

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Desde hace ya varios meses parece que se ha puesto de moda echar la culpa a los biocombustibles (carburantes de origen biológico) de las subidas de prácticamente todo lo que tenga que ver con comida. Desde hace meses aparecen en prensa artículos que parecen apoyar la tesis de que la producción de biocombustibles es el origen del alza de los precios de la alimentación.

El argumento tradicional que se suele utilizar para atacar el uso de biocombustibles es como sigue: los biocombustibles se generan a partir de cereales, por lo que su producción hace que la demanda de cereales aumente, y por ello que se encarezcan sus precios. Este encarecimiento se traslada al bolsillo del consumidor, de forma que cuando va a comprar una barra de pan, en el caso de España, o tortillas de maíz, en el caso de México, se encuentra con que los precios se han disparado. Y la subida no sólo afecta al pan. Dado que hay animales cuya alimentación está basada en el consumo de cereales, una subida generalizada en el precio de los cereales repercutirá sobre el precio de compra de, por ejemplo, el pollo o los huevos, ya que la alimentación de las aves de consumo doméstico está basada en el grano.

Para intentar entender la razón por la cual el argumento anterior es una falacia voy a procurar mostrar cuál es el efecto que tiene la producción de biocombustibles sobre el precio de la materia prima. Parece claro que en un mercado de competencia perfecta, por efecto de la ley de la oferta y la demanda, un aumento drástico en la demanda de cereales incrementará el precio de equilibrio de los mismos. ¿Cuánta de esa demanda vendrá de la “gasolina verde”? De acuerdo al informe sobre el mercado agrícola de la Dirección de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, la producción de cereal dedicada a bioetanol en 2007 será del 2%, y no superará el 4% para conseguir los objetivos fijados para 2010, unas cantidades pequeñas para que puedan afectar significativamente a los precios. A lo cual hay que añadir que la segunda generación de biocombustibles, que estará disponible a medio plazo, ya no se obtendrá a partir de los cereales, sino de la biomasa proveniente de deshecho vegetal (paja, hojas, bagazo, rastrojos…), por lo que a medio y largo plazo el incremento de la producción de biocarburantes no tendrá ningún efecto sobre el mercado de cereales.

Entonces —cabe preguntarse— ¿a qué se deben los incrementos en el precio de los cereales de los que tanto hablan los periódicos? Pues más bien a las malas cosechas de los últimos tres años, que reducen la oferta existente (el otro filo de la ley de la oferta y la demanda), incrementando con ello el precio del bien. De acuerdo con Eurostat, la producción de trigo en España en 2005 fue casi la mitad que la de 2004. Y las producciones de 2006 y 2007 han sido de un 21 y un 10 por ciento inferiores, respectivamente, respecto a la de ese mismo año. A esto hay que añadir otros factores de segundo orden, como el aumento del consumo en Asia o la entrada de fondos de inversión en el mercado, cuyo objetivo es aprovechar la volatilidad del precio del cereal para especular con él, lo que está motivando que los fondos actúen como aceleradores del mercado incrementando aún más la volatilidad de los productos y sus picos de precio.

Por otro lado, en el gráfico adjunto podemos ver cómo ha afectado históricamente la variación en el precio del trigo al precio que paga el consumidor por una barra de pan. Observando con detenimiento este gráfico, centrado en el caso español, nos daremos cuenta de que no ha habido históricamente relación directa (aunque posiblemente existan relaciones de segundo orden) entre una magnitud y la otra: mientras que el precio del trigo muestra grandes fluctuaciones positivas y negativas (alta volatilidad) de un año al siguiente, el precio de la barra de pan (liberalizado en España desde 1988) mantiene su comportamiento estable con valores siempre positivos. Esta conclusión está, además, corroborada en los informes sobre el mercado agrícola elaborados por la Comisión Europea. Y conviene añadir que, en cualquier caso, el trigo destinado a biocombustibles no es el mismo que el que se usa para hacer pan.

Variación interanual de los precios del pan y el trigo en España

En definitiva, las malas cosechas son las que alteran de verdad el precio de los cereales. La ira de Tefnut, diosa egipcia del tiempo y el clima, afecta mucho más al precio del maíz y el trigo que la insignificante contribución que pueda tener el 2% de producción que se destinará a biocombustibles en 2007. Pero, claro, decir lo obvio nunca es noticia.

 

7 Comentarios

¡Si ya lo decía yo! que eso del pan no era porque la gasolinera bioetanol venda, ¡que no!. Bousoño aquí lo clavó. Lo de la diosa lo explica, pues lo que todo complica es que no llueva en España lo demás ¡pura patraña! ¡A ver quién te lo replica! Quizás algún caballero que de lo fósil prendado salga a hacer de abogado del argumento fullero. Si quieres que sea sincero, pienso que una petrolera pueda ser la primera en hacerse de esto eco, pues su negocio, reseco, con bulos así, prospera. Menos mal que el bioetanol es como un niño bien sano que de este arañazo, ufano saldrá como un nuevo sol y aunque no quiera Repsol. La nueva generación llega sedienta de acción, se alimenta de madera para echar lo fósil fuera y traer la solución. (y si no, bici)
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Donata
06/02/2008 08:00:37
La cuestión no es si la producción actual de bioetanol tiene influencia directa o no en los precios de ciertos alimentos. Evidentemente, si el maíz utilizado para la producción de bioetanol no es comestible, parece que no va a influir la producción de esta materia prima en la subida de las que se utilizan para producir alimentos como el pan o las tortas de maíz. Ahora bien, el problema puede surgir cuando se pase de utilizar las tierras actualmente destinadas a la producción de maíz comestible, a la producción del que va destinado al bioetanol. En tal caso, sí que puede haber una relación entre la subida del pan y la prodcucción de biocombustibles. Cuanto menos tierras se dediquen al cultivo del maíz comestible, mayor precio irá cobrando éste. El problema, además, se multiplica por el hecho de que los países que se dedican a este tipo de cultivos, no son de los que podamos llamar países ricos, por lo que la consecuencia inmediata será que las clases menos favorecidas sufrirán la escasez de los alimentos derivados de este tipo de maíz, es decir, de alimentos básicos de su dieta.
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Joaquin
10/02/2008 08:01:10
el comentario de joaquín sería cierto si un porcentaje importante de la tierra a nivel mundial se dedicara a cultivos energéticos, pero eso no es así. hoy en día la producción de cereales dedicada a gasolina es casi inapreciable (menos del dos por ciento). entre la evolución de la actual tecnología (mayor eficiencia de las semillas, etc) y las alternativas a medio plazo que ya hay desarrolladas para producir estas gasolinas verdes a partir de paja, hojas, etc. se resuelve la cuestión suscitada. pensar que el hambre se apoderará del mundo debido a los biocombustibles es falso, catastrofista, interesado, y miope.
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Rachel
11/02/2008 08:01:38
Raachel, coincido contigo cuando dices que se dedica una mínima parte a la producción de biocombustibles. De hecho, si todos los automóviles de EEUU utilizasen bioetanol como combustible el 97% del área cultivable de EEUU debería dedicarse al cultivo de maíz, principal materia prima de bioetanol en ese país. Esto demuestra las consecuencias catastróficas que podría tener para los países menos favorecidos, si en un corto periodo de tiempo se cambia el tipo de cultivos. Según un estudio presentado por las Universidades de Cornell y Berkeley, "la obtención de estos combustibles a partir de cultivos tales como maíz, girasol, soja, caña de azúcar etc. necesita mucha más energía de la que se produce". Evidentemente, con esto no quiero decir que no se haga nada. Todo lo contrario. Hace falta un esfuerzo muy grande en I+D. Cabe citar como ejemplos, la Universidad de UTA, en la cual han trabajado en un proceso que se basa el la obtención de aceite de un alga, obteniendo una producción de 74 m3 de biodiesel por hectárea, o en la Comunidad Valenciana, en donde se tiene previsto poner en funcionamiento una planta que obtendrá bioetanol a partir de la cáscara de naranja.
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Joaquin
11/02/2008 08:02:04
Una cosa importante, si hablamos del uso de la tierra, ya sea para alimentación o para cultivos energéticos es la sostenibilidad: no podemos permitir que se avance en la devastación de bosques para desarrollar más monocultivos. De la misma manera, pienso que hay oportunidades importantes en combinar la lucha contra la desertificación con la producción de biomasa de forma sostenible. Lo que dice Joaquin, es discutilble, pues analizan el ciclo de vida del biocombustible y llegan a conclusiones parciales. Hay que tener en cuenta que la energía "cuesta" energía. Para consumir un litro de gasolina fósil, hay que gastar también energía en extraerla, procesarla, transportarla... todo eso no se tiene en cuenta en los estudios que yo he visto, y con los que habría que comparar a los biocombustibles para ser equitativos. En el caso del etanol de caña, específicamente, no me cuadra pues se aprovecha todo e incluso produce energía eléctrica cuando se quema el bagazo residual.
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Donata
11/02/2008 08:02:35
La unica energía sostenible es la que no se gasta. Aunque nuestras fuentes energeticas sean lo más limpias, sostenibles,.... si seguimos consumiendo energía sin control, si seguimos creciendo en población (se preveen 11 millones para el 2050!) que se encarezca nuestro nivel de vida, será algo real. La energía sostenible es el primer paso para llegar a la solución, quizas deberiamos pensar en otra energía "sostenible": la que no se gasta. Sistemas de ahorro, concienciar a los usuarios, optimizaciòn de sistemas......
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rafael
13/02/2008 08:03:01
En respuesta a Carlos Bousoño: No es lo mismo el consumo de cereal con destino para la producción de biocarburantes en Europa que en EE.UU.. Efectivamente en Europa la parte destinada a biocarburantes es un % muy pequeño como para tener todavía influencia en los precios de los alimentos. Sin embargo en EE.UU.el % de maíz destinado a biocarburantes está ya cercano al 25%. Esto sí es ya significativo. De hecho los precios del maíz en EE.UU. están en niveles nunca vistos antes. Por ende, esta situación afecta no sólo a los precios del maíz, si no que, como bien apuntaba Joaquín arriba, acaba afectando a otros cereales y productos agrarios como consecuencia de la sustitución de cultivos hacia el maíz (más rentable ahora). En repuesta a Joaquín: No es cierto que los pasíses pobres sean los que se dedican a este tipo de cultivos. De hecho EE.UU. es el primer productor mundial de maíz, mientras que la UE-25 lo es de trigo. Sí es cierto que habrá que estar atentos a los posibles efectos del aumento de precios en los cereales en las economías de los países menos desarrollados, ya que estos son en muchos casos importadores netos de cereales. Lógicamente si hubiera un cambio radical y en corto espacio de tiempo en el destino de los cereales hacia su consumo para los biocarburantes, estaríamos ante una situación insostenible. Pero este no es el caso, y la realidad es que hay mucho margen aún en los países productores para poner más tierras en cultivo y que actualmente están sin uso. Respecto al balance energético y ciclo de vida de los biocombustibles, de nuevo cambia mucho la foto dependiendo de qué tipo de cultivo hablamos. Si lo hacemos respecto a la caña de azúcar o la biomasa, las conclusiones serán mucho más positivas que para el maíz. En definitiva, la producción a gran escala de biocombustibles a partir de cereales conlleva una serie de riesgos alimentarios y ecológicos que hay que controlar y tener en cuenta, pero que en ningún caso nos ponen en una situación tan catastrofista como algunos nos quieren hacer ver. En cualquier caso sí parece claro que el futuro de los biocombustibles a gran escala reside en el desarrollo de los procesos a partir de biomasa, tecnologías en las que Abengoa afortunadamente viene trabajando desde hace tiempo.
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Jose Antonio
15/02/2008 08:03:34

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